Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado. | Cuídame, oh Dios, porque en ti busco refugio. |
Porque tú nos probaste, oh Dios; Nos ensayaste como se afina la plata. | Tú, oh Dios, nos has puesto a prueba; nos has purificado como a la plata. |
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Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios; Sobre toda la tierra sea tu gloria. | Pero tú, oh Dios, estás sobre los cielos, ¡tu gloria cubre toda la tierra! |
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí. | Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi espíritu. |
Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios, Y sobre toda la tierra sea enaltecida tu gloria. | Tú, oh Dios, estás sobre los cielos, y tu gloria cubre toda la tierra. |
Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. | Cual ciervo jadeante en busca del agua, así te busca, oh Dios, todo mi ser. |
Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios. | El sacrificio que te agrada es un espíritu quebrantado; tú, oh Dios, no desprecias al corazón quebrantado y arrepentido. |
Ayúdanos, oh Dios de nuestra salvación, por la gloria de tu nombre; Y líbranos, y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre. | Oh Dios y Salvador nuestro, por la gloria de tu nombre, ayúdanos; por tu nombre, líbranos y perdona nuestros pecados. |
Levántate, oh Jehová Dios, alza tu mano; No te olvides de los pobres. | ¡Levántate, Señor! ¡Levanta, oh Dios, tu brazo! ¡No te olvides de los indefensos! |
Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno. | Examíname, oh Dios, y sondea mi corazón; ponme a prueba y sondea mis pensamientos. Fíjate si voy por mal camino, y guíame por el camino eterno. |
Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado. | Ten compasión de mí, oh Dios, conforme a tu gran amor; conforme a tu inmensa bondad, borra mis transgresiones. Lávame de toda mi maldad y límpiame de mi pecado. |
A ti, oh Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado sabiduría y fuerza, y ahora me has revelado lo que te pedimos; pues nos has dado a conocer el asunto del rey. | A ti, Dios de mis padres, te alabo y te doy gracias. Me has dado sabiduría y poder, me has dado a conocer lo que te pedimos, ¡me has dado a conocer el sueño del rey! |
Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas. | Oh Dios, tú eres mi Dios; yo te busco intensamente. Mi alma tiene sed de ti; todo mi ser te anhela, cual tierra seca, extenuada y sedienta. |
Me alegraré y me regocijaré en ti; Cantaré a tu nombre, oh Altísimo. | Quiero alegrarme y regocijarme en ti, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo. |
!!Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. | ¡Oh gente adúltera! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Si alguien quiere ser amigo del mundo se vuelve enemigo de Dios. |
!!Oh Jehová, Dios de los ejércitos, restáuranos! Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos. | Restáuranos, Señor Dios Todopoderoso; haz resplandecer tu rostro sobre nosotros, y sálvanos. |
¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío. | ¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios! |
Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. | Tú, en cambio, hombre de Dios, huye de todo eso, y esmérate en seguir la justicia, la piedad, la fe, el amor, la constancia y la humildad. |
Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío. | Sean, pues, aceptables ante ti mis palabras y mis pensamientos, oh Señor, roca mía y redentor mío. |
!!Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! !!Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! | ¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Qué indescifrables sus juicios e impenetrables sus caminos! |
Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios. | ¡Ya se te ha declarado lo que es bueno! Ya se te ha dicho lo que de ti espera el Señor: Practicar la justicia, amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios. |
Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. | En cambio, el recaudador de impuestos, que se había quedado a cierta distancia, ni siquiera se atrevía a alzar la vista al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: “¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!” |
Sea tu misericordia, oh Jehová, sobre nosotros, Según esperamos en ti. | Que tu gran amor, Señor, nos acompañe, tal como lo esperamos de ti. |
Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; Enséñame tus sendas. | Señor, hazme conocer tus caminos; muéstrame tus sendas. |
Cuando yo decía: Mi pie resbala, Tu misericordia, oh Jehová, me sustentaba. | No bien decía: «Mis pies resbalan», cuando ya tu amor, Señor, venía en mi ayuda. |